¿QUÉ HACEMOS FRENTE A TANTA SOLEDAD Y FALTA DE SENTIDO DE LA VIDA?

30.04.2024

¿Qué hacemos frente a tanta soledad y falta de sentido de la vida en nuestra sociedad? El problema del suicidio no es solo una tragedia personal y familiar, sino un drama social y cultural del Uruguay. ¿Cómo ayudar hoy a vivir una vida con sentido? El sentido se recibe como un don, se busca entre los claroscuros de la existencia humana, se encuentra o nos encuentra cuando nos abrimos a su luz. La verdad y el sentido no se fabrican, no se inventan; se reciben, se descubren.

Lo que da sentido a la vida es un propósito, una vocación de entrega fuera de uno mismo. Lo que da sentido es una vida que se sabe amada incondicionalmente, intrínsecamente. Es una vida que no se reduce a la mera satisfacción individual, sino que se sabe parte de una historia que la trasciende y cuando la persona mira su propio recorrido y descubre la huella que ha dejado, encuentra el hilo que le da significado. Reconocer que la vida no es absurda, que no somos un accidente, sino que hemos sido pensados y creados por amor es un acto de fe, pero al mismo tiempo de una profunda razonabilidad. ¿Por qué buscar sentido si no lo hay? La vida misma se nos impone como una búsqueda de sentido. Los cristianos la encontramos en Jesucristo, Luz de nuestras vidas.

La búsqueda del sentido de la vida no es solo una cuestión personal, sino una interpelación a la sociedad en todos sus ámbitos, incluyendo el de la política. La falta de respuestas consistentes trae consecuencias que están a la vista, en el deterioro de la vida de jóvenes y ancianos, en las familias destruidas por la violencia, en tanta soledad padecida aun entre quienes viven junto a otros.

La familia y los centros educativos son el ámbito natural para despertar esta búsqueda y para ayudar a dar respuestas. De ahí que el aporte más profundo de la educación no se agote en programas y competencias, sino en una formación integral de la persona de acuerdo a la convicción de sus padres, como garantiza la Constitución.