A Cristo, el Señor, que asciende al cielo, venid, adorémosle. Aleluya.

Hoy nuestro Señor Jesucristo ha subido al cielo; suba también con él nuestro corazón.
De los Sermones de san Agustín, obispo
(Sermón Mai 98, Sobre la ascensión del Señor, 1-2: PLS 2, 494-495 )
NADIE HA SUBIDO AL CIELO SINO AQUEL QUE HA BAJADO DEL CIELO
Hoy nuestro Señor Jesucristo ha subido al cielo; suba también con él nuestro corazón.
Oigamos lo que nos dice el Apóstol: Si habéis sido resucitados con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde Cristo está sentado a la diestra de Dios. Poned vuestro corazón en las cosas del cielo, no en las de la tierra. Pues, del mismo modo que él subió sin alejarse por ello de nosotros, así también nosotros estamos ya con él allí, aunque todavía no se haya realizado en nuestro cuerpo lo que se nos promete.
Él ha sido elevado ya a lo más alto de los cielos; sin embargo, continúa sufriendo en la tierra a través de las fatigas que experimentan sus miembros. Así lo atestiguó con aquella voz bajada del cielo: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Y también: Tuve hambre y me disteis de comer.
PARA LEER MÁS Y REFLEXIONAR:
https://liturgiadelashoras.github.io/sync/2025/jun/01/oficio.htm