CATEQUISTAS ENTRE LA MÍSTICA, LA MISIÓN Y LA PROFECÍA
La parroquia María Auxiliadora de Casupá fue el lugar de una nueva Jornada Diocesana de Catequesis. Desde temprano llegaron catequistas de distintos puntos de la Diócesis para participar de la oración, la escucha, la participación y la renovación del compromiso de anunciar la Pascua de Cristo hasta el último rincón de Florida y Durazno.
La Hna. Mariana Marguery de la Franciscanas Misioneras del Verbo Encarnado compartió sus reflexiones sobre los catequistas como agentes de la esperanza en un mundo que parece mostrar todo lo contrario. Esta esperanza, inspirada en el SI de María al Ángel Gabriel, no es cerrar los ojos a la realidad. Por el contrario, es una invitación a ejercer la resistencia desde la fe, a no entregarnos en la lucha o desanimarnos por los pocos a los que llegamos con el mensaje que nos mueve en la vida. La Hna. Mariana nos hizo cantar con dos composiciones de su autoría y nos invitó a poner la esperanza en las semillas que van germinando, más allá de lo que nosotros lleguemos a ver.
Luego hubo un tiempo para la reflexión personal y oración sobre la esperanza en la vida cotidiana de cada participante. El encuentro cálido y la fraternidad sincera caracterizaron las pausas. Gente que no se veía hacía un tiempo aprovechó el momento y el ambiente se llenó de la alegría compartida en Cristo Jesús.
El trabajo en grupos sirvió para identificar a quiénes llegamos con la catequesis y a quiénes no hemos sabido acercarnos, entablar relaciones, tender puentes. A esta identificación siguió la propuesta, qué y cómo vamos a hacer para anunciar el Evangelio a quienes hoy no estamos llegando.
Mons. Martín, que acompañó todo el encuentro, invitó a trabajar en comunión eclesial, es decir, en Consejos Pastorales de cada parroquia con su pastor, a no tener iniciativas individuales inconsultas sino a sentirnos y hacer Iglesia. También motivó a sostener en el tiempo aquellas buenas iniciativas que nos hacen fieles a nuestra misión como cristianos.