EL OBISPO: "NO NOS PERDAMOS CÓMO DIOS SE MANIFIESTA EN NUESTRA VIDA"

En el Domingo XIV durante el año, Mons. Martín nos invitó a mirar la vida cotidiana a la luz de la fe para darnos cuenta cómo Dios se va manifestando. Jesús llega a su pueblo luego de una gira exitosa por la región y es rechazado, porque lo conocían desde chico, porque conocían a su familia, entonces de dónde sacó esa autoridad.
Este Evangelio nos invita a revisar nuestras actitudes, nuestros rechazos que nos impiden encontrar al Señor. Nuestros prejuicios impiden que aceptemos lo nuevo en un acontecimiento, en una persona. De antemano encasillamos y nos cerramos ¿qué nos va a estar diciendo Dios a través de esta persona, de esta situación?
Las personas pueden cambiar, nosotros vamos cambiando, pero a veces nos encerramos y sacamos a relucir alguna cosita del pasado que nos bloquea ante el cambio de las personas. Dios hace lo imposible para hablarnos y nosotros persistimos en nuestros prejuicios, no concebimos que pueda decirnos algo a través de esas personas y esos acontecimientos.
A veces no podemos aceptar que Dios se manifiesta en las cosas más humildes y sencillas de la vida, esperamos que lo haga de forma extraordinaria. En lo sencillo nos habla Dios, en las cosas de todos los días.
La invitación para esta semana es que nos fijemos cómo Dios se va manifestando en nuestra vida, que nos hagamos un espacio para darnos cuenta qué nos dice Dios en este día, en esta jornada y no siempre son cosas positivas. Cómo Dios va pasando por nuestra vida y así no dejarlo pasar.
A veces no sentimos la presencia de Dios en nuestra vida, no confiamos en la oración que Él nos escucha. Otras veces no se manifiesta como nos gustaría, permite desafíos, dificultades. Dios nos escucha pero no tiene por qué darnos directamente lo que nosotros pedimos. Confiemos en que sabe lo que necesitamos y en qué momento.
Fijémonos en las cosas más simples. En ellas encontraremos su presencia y su compañía en la vida cotidiana.
