EL SEMINARIO CRISTO REY CULMINÓ SU TOUR 2025 A LOS PIES DE LA VIRGEN DE LOS TREINTA Y TRES

En una noche de fe y gratitud, los seminaristas mayores ofrecieron en el Santuario Nacional de la Virgen de los Treinta y Tres sus testimonios vocacionales. Marcados por la presencia de María, la fuerza de la oración y el llamado a descubrir el plan de Dios para cada vida compartieron su alegría por decirle SI a Dios.
El Santuario de la Virgen de los Treinta y Tres fue el escenario de testimonios vocacionales. Ante la comunidad reunida, tres seminaristas narraron con sencillez el camino que los llevó a responder al llamado del Señor, destacando el papel fundamental de la Virgen María en sus historias.
El primero en hablar fue Antonio, quien relató cómo su fe nació en su familia y fue creciendo desde la libertad. Con el tiempo, la presencia de María se volvió central en su vida, especialmente a través de los sacramentos. Tras un período de distanciamiento, un viaje a Lourdes lo impulsó a reencontrarse con la Iglesia y a abrirse al llamado de Dios. La Eucaristía, la confesión y el deseo de llevar la misericordia de Dios a otros fueron marcando su camino hasta ingresar al seminario, confiado plenamente en la gracia divina.
Luego tomó la palabra Matías, quien compartió una historia marcada por la fe vivida en familia y en la parroquia. A los 18 años sintió por primera vez la inquietud vocacional, pero optó por continuar estudiando y construyendo su carrera profesional. Sin embargo, la pregunta volvía una y otra vez. Fue durante una misión de Navidad cuando recibió una invitación clara a considerar seriamente su vocación. Incluso un gesto sencillo —una mujer en el Cottolengo preguntándole "¿y vos por qué no sos sacerdote?"— se convirtió para él en una respuesta luminosa. Tras un año de discernimiento, ingresó al seminario convencido de que la verdadera libertad se encuentra al decirle a Dios: "que se haga tu voluntad".
Finalmente, un tercer seminarista invitó a todos a entrar en oración y ponerse ante Jesús para preguntarle cuál es su plan para cada uno. Recordó que, para poder responder como María —"hágase en mí según tu palabra"— es necesario estar cara a cara con el Señor, especialmente en la Eucaristía. Llamó a rezar por las vocaciones y por el clero, recordando que la Iglesia vive de la presencia de Cristo que el sacerdote hace visible en cada celebración.
La jornada concluyó con un momento de adoración eucarística, en el que la comunidad rezó por los seminaristas y por nuevas vocaciones para la Iglesia en Uruguay, bajo el amparo de la Virgen de los Treinta y Tres.
