"EL SÍNODO HA HECHO REVUELO. NO TENGAMOS MIEDO. ES JESÚS QUE NOS INVITA A ARRIESGARNOS Y CAMBIAR"

Mons. Martín celebró el Domingo XIX durante el año en la Catedral y compartió sus reflexiones sobre las lecturas del día. Dijo que los dos libros de los Reyes presentan la manifestación de Dios cercano y preocupado por su pueblo. En Israel se adoraba a múltiples dioses en la época del profeta Elías y éste busca a Dios en la montaña y lo encuentra. No es un Dios ruidoso o espectacular sino suave y cercano.
El Evangelio muestra a Jesús "que se va de retiro" a la montaña, como el profeta, para estar con el Padre, Dios cercano, compañero de camino. Pero estar en oración no significa desentenderse de los hermanos, que en el caso no la estaban pasando bien, en medio de una tormenta y con la barca "zarandeada". En medio de la borrasca, personal, comunitaria, eclesial, podemos no ver a Jesús o confundirlo con un fantasma. Pedro, el único discípulo que se anima a caminar con Jesús en la crisis, se arriesga, pero se empieza a hundir cuando da más importancia a las olas y el viento que a la persona de Jesús. Por eso su grito "Sálvame, Señor". "Gritemos en la tormenta para que Jesús nos salve.
El Obispo invitó a no perder de vista a Jesús en medio de los cambios, como el Sínodo de la sinodalidad, que ha armado "revuelo", "es la historia de la Iglesia, no temamos ni pensemos que perdemos identidad por estar en este modo de ser Iglesia".
