HOY LLEGAN LAS RELIQUIAS DE SAN JUAN CALABRIA A CRISTO REY

LAS DOS RELIQUIAS PRINCIPALES ESTÁN CONTENIDAS EN UN FARO
Una es la ampolla con su sangre. Cuando falleció Juan Calabria el 4 de diciembre de 1954, estaba muy mal, pero ese día le informaron que el Papa Pio XII estaba gravemente enfermo, estaba por fallecer y él le dice al Señor: "Señor si quieres toma mi vida y deja la vida al Papa". Y el Papa ese día sanó, vivió por otros cinco años más y esa noche Juan Calabria falleció.
Antes de morir, llamaron al médico porque había entrado en estado de coma; le hicieron una extracción de sangre, y esa ampollita de sangre, que después con un tratamiento se la conservó líquida, es una reliquia que nos quedó. Esa es la reliquia principal de primer grado que recibimos.
La sangre es símbolo de la donación de toda su vida por amor
La última reliquia es muy significativa también. En la base del faro hay un recipiente que contiene tierra... del lugar donde está la casa madre de la Obra, donde Juan Calabria vivió y murió: San Zeno in Monte. Y la tierra santa de San Zeno in Monte se encuentra ahora con la tierra santa y bendita de nuestros lugares. Porque lo que hace santo y bendito un lugar es la presencia de personas que viven y buscan el reino de Dios, que buscan la santidad.
La tierra nos recuerda que nuestra tierra también es santa por la misión que en ella vivimos
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La tierra y la sangre están contenidas en un faro luminoso. ¿Por qué? Porque don Calabria decía esta frase que es muy linda:
"Somos llamados a ser faro de luz evangélica para el mundo entero, faro de luz viva que señale a la humanidad la fe y la caridad de Cristo, un faro que conduce al verdadero puerto de la comunión con Dios y con los hermanos. Faro de luz evangélica".

SAN JUAN CALABRIA NOS VISITA CON SUS RELIQUIAS
San Juan Calabria nació en 1873 y murió en 1954. Un santo reconocido ya al momento de su muerte, porque la ciudad de Verona donde nació, se detuvo ese día, hizo luto ciudadano justamente para acompañar los restos de un hijo excepcional.
Juan Calabria fue canonizado, o sea, proclamado santo en 1999. En 1987, la señora Rita Faccioli, de Reconquista (Santa Fe – Argentina), estaba en una situación de enfermedad muy grave, en estado de coma, y fue invocada la intercesión del Padre Juan Calabria con una reliquia que en ese momento tenían a disposición, y se obró el milagro de su sanación, un milagro que fue reconocido por la Iglesia. Con este milagro fue proclamada la santidad de Juan Calabria.
Con la canonización de un santo, la Iglesia lo reconoce como alguien que vivió heroicamente el evangelio. Sus ejemplos y enseñanzas se transforman en un camino seguro para ir al Padre. La Iglesia lo presenta como modelo e intercesor.
SUS RELIQUIAS
La palabra reliquia viene del latín, significa lo que queda de una persona. Por ejemplo, muchos tenemos un objeto que nos recuerda a una persona querida o significativa que falleció.
En un santo, las reliquias son objetos físicos relacionados con él y nos vienen a hablar de su vida y santidad y nos traen un mensaje para ayudarnos a alcanzar la nuestra.
Existen reliquias de primer grado o clase, por ejemplo, una parte del cuerpo. De este grado tenemos una ampolla con la sangre de san Juan Calabria. Otras son consideradas de segundo grado, como objetos que él usó, sus lentes, zapatos, reloj, etc.
Estas reliquias están dando la vuelta al mundo... Justamente en el jubileo de los 150 años de su nacimiento (1873-2023) se tomó la iniciativa de hacerlas visitar todos los lugares donde la Obra está presente. Las reliquias ya pasaron por Asia, por África, por Europa y ahora llegaron aquí a América Latina, y el día 4 de agosto las tenemos acá en Florida.

Mons. Fajardo en la Parroquia Santa Cruz de Salto, primer lugar al que llegaron los Pobres Siervos de la Divina Providencia.
No se trata de hacer propaganda con estas reliquias, o que se las trate de ver para obtener un milagro. Nosotros podemos llegar a las reliquias y presentar nuestras necesidades, nuestras inquietudes, nuestras preocupaciones, pedir por la salud, por las necesidades, pero al mismo tiempo queremos escuchar qué es lo que nos dice Juan Calabria por medio de esas reliquias, porque nos hablan de su vida, nos traen un mensaje evangélico.
SON OCHO LAS RELIQUIAS QUE NOS VISITAN
La primera, muy curiosa, son los zapatos que usó, que calzaron los pies de Juan Calabria. Pero ¿qué nos dicen estos zapatos? Nos dicen su alma misionera, su deseo de ir y llegar hasta los confines del mundo, de alcanzar a cada persona llevando el evangelio, comunicando la luz de Dios.
Los zapatos nos preguntan sobre nuestro deseo y entusiasmo por evangelizar.
Otra reliquia es su reloj de bolsillo, el de su época, que quiere hablarnos del uso del tiempo. Cómo Juan Calabria vivía el tiempo presente comunicando con la eternidad, con la vida futura. El tiempo como un don precioso que tenemos en nuestras manos para usarlo bien y para hacer el bien.
El reloj nos invita a aprovechar el tiempo que tenemos y coordinarlo con la eternidad.
La otra reliquia son los lentes que tenían una cuerda con que se los colgaba. Eran los lentes que usaba Juan Calabria. Tenía muchos problemas de vista también, pero atención, si tenía ojos que no veían muy bien, los ojos de su fe sí veían. Por eso, los anteojos nos hablan de su visión de fe. Él veía a Dios presente en cada situación, en cada persona y veía en cada cosa la presencia de Dios; es lindo tener esta visión de fe.
Los lentes de la fe nos hacen ver a Dios en todas las cosas y a todas las cosas en Dios.
Otra es una carta manuscrita que escribe a un seminarista, un muchacho muy joven que después va a ser sacerdote y también se convertirá en superior general de la Congregación y le dice: "Hazte santo, hazte santo, hazte santo". Tres veces lo repite. Y esta es una de las cosas que más insiste en las cartas. Escribió mucho a muchísimas personas. Trece mil cartas se conservan de él.
La carta es un llamado personal a hacernos santos, porque esa es la Voluntad de Dios.
Otra de las reliquias es la billetera; va a aparecer abierta para decirnos la gratuidad, la generosidad y la caridad de Juan Calabria, y nos habla también de un aspecto muy importante de su espiritualidad que era el abandono en la divina Providencia. ¿Qué es eso de la divina Providencia? Él tomó el cuidado de los niños huérfanos, de los ancianos solos, de los enfermos pobres y abrió hospitales, abrió casas para los chicos, escuelas profesionales, misiones, parroquias entre los pobres. Todo esto lo hizo sin tener un centavo en el bolsillo, confiando totalmente en la providencia de Dios, que Dios iba a cuidar de estos niños, de estos pobres. Y la billetera nos habla de eso, así como entraba en ella el dinero, así salía para ser donado. Entonces esa caridad, esa generosidad, tiene un mensaje fuerte para hoy.
La billetera nos invita a pedir, agradecer y compartir la Providencia
La sexta reliquia es la estola, ese ornamento sacerdotal que los sacerdotes revisten cuando van a celebrar la misa, a confesar. Nos habla de la identidad más profunda de Juan Calabria, de su vocación. Juan Calabria tenía una identidad muy fuerte, pero le costó muchísimo llegar a ser sacerdote. Nació en una familia muy pobre. Y el papá murió siendo niño, así que de la pobreza pasó a la miseria. Y él sentía fuerte la llamada a ser sacerdote. Con 27 años recién consiguió ser ordenado. Y esa fue su pasión. Vivió su sacerdocio santamente. El lema de él era: O santo o muerto. Porque quería la santidad de su vida donada totalmente a los demás.
Recuerda que debemos amar nuestra vocación y rezar por las vocaciones

Card. Sturla preside la Misa en la Parroquia Espíritu Santo de Millán y Lecocq en Montevideo, con las reliquias del Santo.