“Jesús está en pañales porque Dios quiso confiárnoslo: lo tenemos que ayudar a crecer nosotros.”

26.12.2025

En la Misa de Nochebuena, Mons. Martín propuso contemplar el nacimiento de Jesús desde los distintos personajes del pesebre y animó a los fieles a reconocer que todos —sin excepción— tienen un lugar y una responsabilidad en el proyecto de Dios. 

Durante su homilía de Nochebuena, Mons. Martín desarrolló su reflexión a partir de una pregunta sencilla y profunda: ¿qué nos gustaría ser en el pesebre? Desde allí fue recorriendo las figuras del relato del nacimiento de Jesús —el ángel, los pastores, el pesebre, la estrella, los magos, José y María, e incluso los animales— para mostrar que cada uno cumple un papel indispensable en el proyecto de Dios.

El Obispo destacó que los pastores supieron abrirse a la novedad, que el pesebre representa la humildad donde Dios quiso nacer, que la estrella orienta y acompaña a quienes buscan sentido, y que los magos enseñan a estar atentos a los "signos de los tiempos", es decir, a las huellas de Dios en la vida y en la historia. También subrayó el testimonio de José y María, que acogieron a Jesús, lo cuidaron y no lo retuvieron para sí, sino que lo ofrecieron al mundo.

De modo particular, Mons. Martín valoró a quienes, como los animales del pesebre, pasan desapercibidos pero sostienen silenciosamente la vida comunitaria con su servicio cotidiano. En este sentido, afirmó que todos son importantes en el proyecto de Dios, más allá de la edad, la condición social o el rol que ocupen.

Finalmente, recordó que Jesús nace "en pañales", como signo de un Dios que se confía a la humanidad y necesita ser ayudado a crecer en el corazón de cada persona. Invitó a cuidar lo que ha germinado durante el Adviento y a vivir la Navidad como un compromiso concreto para que Cristo crezca en la vida personal y comunitaria, aprendiendo a amar y a vivir al estilo de Jesús.

"El corazón del pesebre comienza a palpitar cuando, en Navidad, colocamos la imagen del Niño Jesús. Dios se presenta así, en un niño, para ser recibido en nuestros brazos. En la debilidad y en la fragilidad esconde su poder que todo lo crea y transforma. Parece imposible, pero es así: en Jesús, Dios ha sido un niño y en esta condición ha querido revelar la grandeza de su amor, que se manifiesta en la sonrisa y en el tender sus manos hacia todos." 

Carta apostólica Admirabile signum del Santo Padre Francisco sobre el significado y el valor del Belén, 01.12.2019