UNA FE MADURA, VIVIDA EN COMUNIDAD Y MISIONERA

Mons. Martín presidió la Eucaristía del Domingo de la Misericordia en la Catedral. Familia de María organizó cada detalle de la alegría pascual de esta celebración, como ya es tradicional y con el cuidado y cariño por cada detalle. En la mañana se realizó la adoración al Santísimo Sacramento, el rezo del Rosario y luego la Misa. En la tarde hubo una conferencia, espacio de oración y bendición con las reliquias de Santa Faustina.
En la homilía el Obispo exhortó a reflexionar sobre el regalo de la fe, la necesidad de desarrollarla, de vivirla en la comunidad eclesial y de dar testimonio de la misma en el mundo. Un culto individual y privado, encerrado no basta; la invitación del Resucitado es a encontrarnos con Él para salir a anunciarlo.
Si querés escuchar las palabras de Mons. Martín aquí está su homilía:
Dios, Padre misericordioso, que has revelado tu amor en tu Hijo Jesucristo y lo has derramado sobre nosotros en el Espíritu Santo, Consolador, te encomendamos hoy el destino del mundo y de todo hombre.
Inclínate hacia nosotros, pecadores; sana nuestra debilidad; derrota todo mal; haz que todos los habitantes de la tierra experimenten tu misericordia, para que en ti, Dios uno y trino, encuentren siempre la fuente de la esperanza.
Padre eterno, por la dolorosa pasión y resurrección de tu Hijo, ten misericordia de nosotros y del mundo entero. Amén.