ASAMBLEA DIOCESANA: SIN VÍNCULOS HUMANOS, NATURALES Y SOBRENATURALES NO HAY PROCESOS VOCACIONALES

Se realizó la Asamblea Diocesana en el Colegio San Luis de Durazno en la mañana del sábado.
La oración inicial estuvo a cargo del Párroco de San Pedro, P. Ricardo Yangua, quien invitó a un sacerdote, un diácono, una religiosa y una laica para participar y animar a los asambleístas.
Luego el P. Luis Arrué, Párroco de Casupá y encargado de vocaciones de la Diócesis presentó al P. Valentín Goldie, párroco de San José Esposo de María en la Arquidiócesis de Montevideo, profesor de Eclesiología en la Facultad de Teología para realizar su exposición sobre el marco eclesiológico en que se inscriben las vocaciones al sacerdocio.
Marco Eclesiológico
El capitulo 1 del Evangelio según Juan: "en el principio…" evidencia las relaciones paternidad/filiación, de relación profunda Padre e Hijo y con el Espíritu Santo. Son las relaciones inmanentes en la Trinidad, de una a las otras dos personas, antes que el mundo fuera creado.
Con la Encarnación, el Hijo entra en la historia, en un momento y en un lugar, con un nombre. Genera relaciones discipulares. En Jn 17, 20, Jesús en el huerto ora al Padre y dice "no ruego solamente por éstos…." y ruega que "sean uno", que el vínculo que Jesús tiene con el Padre se reproduzca entre Él y sus discípulos y entre los mismos discípulos.
Desde este lugar ¿qué es la Iglesia? El expositor aclaró que la suya es una mirada entre muchas y no niega las otras perspectivas. Así, respondió que la Iglesia es "Un entramado de relaciones a imagen de las relaciones trinitarias, relaciones humanas, naturales y sobrenaturales al mismo tiempo."
Si fallece un discípulo, entra en la eternidad y el entramado de relaciones incluye a los santos, y los que todavía estamos acá tenemos algunos como referentes. La Iglesia es como una red de relaciones, es vincular. Sólo soy parte de la Iglesia si estoy vinculado con otros discípulos, sino estoy fuera de la red.
Las imágenes de la red que tenemos no son necesariamente las que corresponden a la Iglesia. P.e. soy de la Parroquia de Casupá, "con Luis" y Luis es un conector entre personas que no se conocen. Ese es el rol del sacerdote. "No conozco una historia de un fiel laico que no tenga un cura importante en ella, a veces a pesar del cura pero que por algún motivo se sembró en ese corazón. A la vez, no conozco un sacerdote que, a medida que se introduce en la dinámica relacional de la comunidad, no tenga conocimiento de la vida de los laicos de su comunidad."
Si los discípulos están llamados a tener relaciones de mutua inmanencia a imagen de la Trinidad, entonces la vida de uno tiene que estar llena de la vida de otros cristianos. Esto se expresa en la presencia de otros en la conversación, de qué personas está lleno el corazón.
Marco vocacional
En segundo término, las vocaciones en la Iglesia son distintas formas de vincularse. "Personalmente me impactó recién ordenado que vino una persona mayor que yo a pedir una escucha y le dije lo mismo que le hubiera dicho antes de ser ordenado, pero a esa persona no se le hubiera ocurrido hablar conmigo antes de la ordenación. Cambia la relación con la gente con la ordenación y también cambia la relación con Dios. Por ejemplo, en la consagración y en la absolución. Creo que Dios me hace caso a mí, por lo menos en esos dos momentos."
En esta clave eclesiológica relacional si cambian los vínculos cambia la forma que están en el corazón. El corazón del sacerdote se llena de la vida de los fieles, por eso el celibato, tienen que entrar todos y nadie ocupar un lugar central. Es muy distinto del corazón de aquellos que se casaron.
San Alberto Hurtado se preguntaba "A quiénes amar" en noviembre 1947. Y reflexionaba sobre su ministerio como un movimiento de la humanidad "por mi" a Cristo, eso es ser sacerdote.
Las personas hablan en común de un cura que las marcó, esa persona que se sembró en todos, eso es relacional. La vida del sacerdote está llena de su comunidad y en esa presencia se alimenta su espiritualidad.
¿Cómo es San Francisco? se preguntaba un fraile capuchino. Y respondía: "Como tal hermano en parte, como tal otro en tal aspecto, como aquel. Reconocía los rasgos del santo en sus hermanos de comunidad, algunos más perfectos, otros menos perfectos como imágenes del santo.
El corazón del soltero aún está vacío. Y se llena en la forma en que empieza a relacionarse. Ahí es como puede empezar a surgir una vocación, obviamente si las cosas se hacen bien, porque puede estar ordenado y ser un solterón. La crisis vocacional refleja un corazón vacío, "tu mundo relacional no coincidía con el rol institucional que se te confió. Lo mismo en un matrimonio cuando aparece un tercero, en el corazón había un vacío."
El surgimiento de una vocación es un corazón soltero que se empieza a llenar en su forma de relacionarse y ya tiene que estar vinculado en la red. Con una chica, por ejemplo, una presencia que me moviliza, es un síntoma vocacional. Comentó la historia vocacional de una carmelita, una chica normal, linda, con novio y un día visitó el monasterio y conoció las hermanas y experimentó que ese era su lugar. A partir de un vínculo en la Iglesia se empieza a llenar su corazón y eso ocurre por la dinámica del corazón que empieza a llenarse. Si un muchacho comienza un proceso vocacional, que nunca es puro, se va purificando, es una persona que en el entramado relacional de la Iglesia, con una sacerdote que juega un papel fundamental y se empieza relacionar de forma tal que descubre que está llamado al sacerdocio.
Claves para reflexionar en grupos
En tercer término, las claves para reflexionar la vocación. De acuerdo a los vínculos en la Iglesia se configura un corazón de esposo, consagrado o sacerdotal.
La escasez de vocaciones es un síntoma y no es la enfermedad. Lo que está en crisis es el modo de relacionarnos, cada vez más gente sola, sin amigos, no amigos virtuales que no configuran corazones. Si el entramado relacional se debilita se debilitan todas las vocaciones. "Sospecho que la vocación que más cayó es la del matrimonio en los últimos 30 años si comparamos con las ordenaciones sacerdotales, habría que comprobarlo."
Lo planteo como hipótesis y si fuera así, tenemos que fortalecer el entramado relacional entre todos los fieles como tarea de la Iglesia.
Algunas preguntas:
Para los laicos especialmente, qué sacerdotes tienen un lugar bueno en el corazón, conversar en base a experiencias y anécdotas.
Para los curas, qué aspectos de las vidas de los fieles que acompañan se han metido en su corazón, después hay acentuaciones, cada uno va haciendo más en un área pastoral que otra, por el modo de relación que ha ido desarrollando. Qué tipo de personas tengo peligro que ocupen una posición demasiado central en mi corazón.
Para las personas consagradas, cuáles son los ejemplos de santidad que han tenido una presencia importante en mi corazón, de la experiencia de vida en comunidad.
Cómo está el vínculo con la gente más joven, asumiendo que entre ellos están los solteros. Si no establece vínculos con otros no va a hacer un proceso vocacional.
El trabajo en grupos y la exposición de los mismos permitió conocer experiencias y expectativas respecto al rol de los sacerdotes con los jóvenes y los vocacionables. "Los jóvenes necesitamos guías que no nos estén juzgando" se afirmó entre otros valiosos aportes.
La conclusión estuvo a cargo del Obispo, quien invocó a la Virgen María y bendijo a la Asamblea.