DANOS UN CORAZÓN GRANDE PARA AMAR
La devoción al Corazón de Jesús existió ya en los primeros tiempos de la Iglesia, pero en el siglo diecisiete, Nuestro Señor Jesucristo se apareció a Santa Margarita María de Alacoque, en Paray-le-Monial, Francia, solicitando, que se le venerase. Su Corazón estaba rodeado de llamas de amor, coronado de espinas, con una herida abierta de la cual brotaba sangre y, del interior de su corazón, salía una cruz, entre tanto le dijo: «He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombres, y en cambio, de la mayor parte de los hombres no recibe nada más que ingratitud, irreverencia y desprecio, en este sacramento de amor.»
Saludamos a todas las comunidades diocesanas que tienen por patrono al Corazón de Jesús y nos unimos a ellas en oración en este día.
Te pedimos, Dios todopoderoso y eterno, que, al celebrar la grandeza del amor que resplandece en el corazón de tu Hijo, recibamos de esta fuente divina gracias cada vez más abundantes. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén