HAGAMOS ESPACIO A DIOS PARA RENOVAR NUESTRA FE

07.03.2022

En el primer Domingo de Cuaresma Mons. Martín nos invitó a hacer espacio a Dios en nuestra vida para renovar la fe. Las lecturas muestran tres profesiones de fe, la del israelita, la de Pablo a los Romanos y la de Jesús en el desierto, siendo tentado por el diablo.

En la presentación anual de las primicias, el israelita va al Templo y allí presenta su ofrenda, recuerda lo que Dios ha hecho por su pueblo y agradece. Es un Dios cercano, que elige, acompaña y favorece a su pueblo. En la carta a los romanos Pablo confirma la fe pascual en Jesús Resucitado, creído con el corazón, proclamado por los labios y así se obtiene la salvación. El Evangelio presenta la profesión de fe de Jesús en el Padre y su plan ante las alternativas que le ofrece el demonio. Nuestra fe es el fundamento de la vida cristiana y en este tiempo reconocemos que también es tentada y por eso es necesario cuidarla y renovarla. El enemigo utiliza hasta la Palabra de Dios para apartarnos del camino de la fe por eso tenemos que estar atentos a la tentaciones. En definitiva, las tentaciones tiene por objetivo destruir nuestra fe.

Poniendo atención a las tentaciones el Evangelio nos permite ver que tienen que ver con el uso del poder, con la soberbia y con una imagen de un Dios "milagrero". El poder ¿cómo utilizarlo? Está siempre presente, en cualquier relación, sea económica, política, religiosa. En el discernimiento démonos cuenta que estamos llamados a usar el poder para servir a los demás. La tentación de la soberbia nos quiere llevar a una vida sin Dios, porque abrirse a su Palabra "me empequeñece y quita libertad"; olvidamos nuestro lugar de creaturas y nos ponemos en el lugar de Dios. La tercera tentación es poner a Dios a nuestro servicio, que haga lo que yo quiero sino me enojo. Y resulta que es al revés. No podemos vivir peleando con Dios porque no nos da lo que queremos. A veces tenemos una fe "milagrera" y no nos damos cuenta que somos nosotros que debemos arreglar ciertos asuntos que son nuestra responsabilidad.

¿Cuál es la forma de las tentaciones en mi vida? ¿Por dónde entran las tentaciones en mi camino? Hay ocasiones en que no nos damos cuenta de las tentaciones sutiles. Debemos identificarlas y así podremos ir venciéndolas. Ante la alternativa de una vida sin Dios, recordemos que es al revés, que con la apertura a El crecemos como personas en libertad y alegría. En la Eucaristía encontramos la fuerza y el alimento para este combate espiritual.