LAMENTABLEMENTE LA IGLESIA NO ES AJENA A LAS DIVISIONES Y CONFLICTOS

06.07.2023

55. El paso del encuentro a la relación y luego a la comunidad muestra tanto los dones como los desafíos de la cultura digital. A veces, las comunidades en línea se forman cuando las personas encuentran un terreno común reuniendo argumentos contra un "otro" externo, un enemigo ideológico común. Esta clase de polarización produce un "tribalismo digital" en el que los grupos se enfrentan unos a otros con espíritu de contraposición. No podemos olvidar que al otro lado de esas líneas tribales hay hermanos y hermanas, personas con dignidad. No debemos clasificar a los demás "para decidir quién es mi prójimo y quién no lo es. Depende de mí ser o no prójimo —la decisión es mía—, depende de mí ser o no ser prójimo de la persona que encuentro y que tiene necesidad de ayuda, incluso si es extraña o incluso hostil"[29]. Lamentablemente, las relaciones resquebrajadas, los conflictos y las divisiones no son extrañas a la Iglesia. Por ejemplo, cuando grupos que se presentan a sí mismos como "católicos" usan su presencia en las redes sociales para fomentar la división, no se están comportando como debería hacerlo una comunidad cristiana[30]. En lugar de sacar provecho de los conflictos y las polémicas, deberíamos convertir las actitudes hostiles en oportunidades de conversión, en ocasiones para testimoniar el encuentro, el diálogo y la reconciliación en torno a cuestiones aparentemente divisivas[31].