MONS. MARTÍN: "CON LOS CAÍDOS DEL SISTEMA ES DONDE TIENE QUE ESTAR UN CRISTIANO"

El Obispo Diocesano celebró el VI Domingo del Tiempo durante el año y reflexionó sobre lo que Jesús ha hecho en nosotros y qué decimos de esta experiencia. Compartimos el texto de su homilía:
"Para ver la importancia que tiene esto que hace Jesús, esta curación, hay que ver qué se vivía en el pueblo de Israel en ese entonces. Así entendemos la fuerza que tiene esta sanación.
Ustedes recuerdan
que el pueblo de Israel busca su identidad en medio de las idolatrías, de las
culturas de los pueblos que están a su alrededor. Lo que define a Israel es que
Dios lo separó como pueblo para Él. Es el pueblo de Dios: "Sean santos como el
Padre es santo", esa era la consigna y su identificación, tener a Dios en medio
y esa pureza ritual para no mezclarse con otros pueblos y sus costumbres. Todo
aquello que se oponía a esa identidad y santidad de vida, como en el caso es la
enfermedad, se tenía que apartar del pueblo. La enfermedad unida al pecado es
como entendían a la lepra. Los leprosos perdían todos sus derechos, su dignidad,
no había para ellos justicia ni compasión, eran como muertos en vida. Y nadie se
les podía acercar ni ellos a los demás. Destruidos, marginados de la vida
diaria.
Lo que hace Jesús es un gesto anti sistema, contrario a todo lo que pedía el sistema del pueblo de Israel. Jesús se acerca, el hombre se acerca a él, pasa todo lo que no tiene que pasar. Jesús le habla, entra en sintonía con lo que vive, lo toca, todo lo que no se debería hacer. Por eso es importante por lo que significaba en ese momento y en esa cultura, era inaudito. Y Jesús lo hace. Lo puro y lo impuro, esa doctrina no va con Jesús, sino que importa el hombre, la persona y lo que está viviendo, que están por encima de esas normas que los judíos habían impuesto y que destruían a la persona y su dignidad.
Jesús al acercarse y curar a ese hombre le restablece el lugar que debe tener en la sociedad. La dignidad es restablecida y lo que significa para el curado es como si hubiera nacido de vuelta. Nosotros seguidores de Jesús tenemos que hacer lo mismo. Ahí está la cuestión. No basta con escuchar este Evangelio y decir qué bueno era Jesús, sino que como seguidores tenemos que comprometernos con los hermanos de la misma manera. Con aquellos que están excluidos, marginados, que nadie se fija, que tienen cascoteada su dignidad, ahí es donde tiene que estar un cristiano. Si querés ser seguidor de Jesús tenés que comprometerte de la misma manera y con las mismas actitudes que tuvo Jesús. Este es el primer mensaje de este Evangelio y el compromiso del seguimiento nos lleva a romper con lo establecido y con lo que nos hemos propuesto. Jesús vino a buscar a los enfermos, no a los sanos, entonces el compromiso pasa por estar con los caídos. ¿y qué actitud tengo yo con aquellos que quedan fuera del sistema?
Otra cosa que me parece interesante es la reacción que tuvo el que fue curado. Sale a contar a todos lo que Dios hizo en él. Es un mensaje también para nosotros ¿qué hizo Dios en mi vida? ¿qué hace la fe en mi vida? ¿podría ir por el mundo contando lo que Dios hace en mí? ¿qué digo a los demás? Lo que hizo el curado no es bla bla bla, sino que desde la experiencia de Jesús que tuvo, desde ahí habla. ¿qué hemos vivido con Jesús desde la fe? ¿de qué me ha sanado? Pregúntense ¿mi fe de qué me salva? ¿o no tengo necesidad que Jesús me sane?
Podemos decir que desde que nos encontramos con Jesús en la vida miramos a los demás de distinta manera. Era egoísta y pensaba solo en mí y encuentro a Jesús en mi camino y empiezo a mirar al otro desde sus necesidades, de otra manera. Y voy convirtiendo mi egoísmo en una vida más generosa, servicial, solidaria.
Tal vez me ha curado de alguna enfermedad y podemos contar a los demás. Y sino me sanó de repente voy descubriendo en esta enfermedad muchas cosas que de otra manera no hubiera tomado consciencia.
Quizá tenía una vida desordenada y en el encuentro con Jesús se ordena y empiezo a tener otras prioridades, me ordeno. ¿qué ha hecho Jesús en mi vida?
¿cuáles son mis lepras? Me curó pero ¿necesito continuar siendo curado en algo? Por ahí hay algún rencor, algún odio, alguna desesperanza, eso me cuesta que es perdonar.
Este Evangelio nos invita a examinar nuestra vida en este sentido.