MISA CRISMAL: "Para la construcción del pueblo de Dios, su santificación y su conducción"
Esta misa, que el Obispo celebra con su presbiterio, y dentro de la cual consagra el santo crisma y bendice los demás óleos, es como una manifestación de comunión de los presbíteros con el propio Obispo.
Con el santo crisma consagrado por el Obispo, se ungen los recién bautizados, los confirmados son sellados, y se ungen las manos de los presbíteros, la cabeza de los Obispos y la iglesia y los altares en su dedicación.
Con el óleo de los catecúmenos, éstos se preparan y disponen al Bautismo.
Con el óleo de los enfermos, éstos reciben alivio en su debilidad.
Para esta Misa se reúnen y concelebran en ella los presbíteros, puesto que en la confección del crisma son testigos y cooperadores del Obispo, de cuya sagrada función participan, para la construcción del pueblo de Dios, su santificación y su conducción: así se manifiesta claramente la unidad del sacerdocio y del sacrificio de Cristo, que se perpetúa en la Iglesia.
Oh Redentor, acoge el poema de quienes para ti cantan a coro.
1.- Oye, Juez de los muertos, única esperanza de los mortales, oye las voces de los que llevan el don que antecede a la paz.
2.- Árbol fecundado por la generosa luz esto para ser consagrado produjo: ofrécelo adorante la presente multitud al Salvador del mundo.
3.- De pie ante el altar suplicando, el mitrado Pontífice, la deuda paga toda, con el consagrado Crisma.
4.- Consagrarlo dígnate, Rey de la perenne patria, a este olivo, signo vivo, contra los poderes de los demonios.
5.- Para que sean renovados ambos sexos por la unción del Crisma, para que sea sanada la lacerada gloria de la dignidad (humana)
6.- Lavada el alma en la sacra fuente son borrados los crímenes (pecados), ungida la frente, los sacrosantos carismas son infundidos.
7.- Nacido del corazón del Padre, colmaste el seno de la Virgen, concede la luz, aparta de la muerte, a los copartícipes del Crisma
8.- Sea este día de fiesta
para nosotros por los siglos de los siglos,
esté santificado con una digna alabanza
y no envejezca con el tiempo.