TESTIMONIO DE ALEGRÍA Y AGRADECIMIENTO: EL RESTO LO HACE DIOS

04.08.2023

80. Este es nuestro testimonio: hemos de atestiguar, con nuestras palabras y nuestras vidas, lo que Otro ha hecho[51]. Así, y sólo así, podemos ser testigos -e incluso misioneros- de Cristo y de su Espíritu. Esto incluye también nuestra presencia en las redes sociales. La fe conlleva, sobre todo, dar testimonio de la alegría que nos dona el Señor. Y esta alegría siempre brilla con fuerza sobre el telón de fondo de una memoria agradecida. Contar a los demás la razón de nuestra esperanza y hacerlo con dulzura y respeto (1 Pe 3,15) es un signo de gratitud. Es la respuesta de quien, a través de la gratitud, se hace dócil al Espíritu y, por tanto, es libre. Así fue para María, que, sin quererlo ni intentarlo, se convirtió en la mujer más influyente de la historia[52]. Es la respuesta de quien, por la gracia de la humildad, no se pone a sí mismo en primer plano, y de este modo facilita el encuentro con Cristo, que dijo: "Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón" (Mt 11, 29).

Siguiendo la lógica del Evangelio, todo lo que hemos de hacer es suscitar una pregunta para despertar la búsqueda de la respuesta. El resto es la obra escondida de Dios.