TODOS TE ANDAN BUSCANDO
El Evangelio de este Domingo (Quinto durante el año) nos presenta una jornada completa de Jesús y sus discípulos. En ese día Jesús -siempre acompañado de sus amigos- cura al suegra de Pedro, recibe y cura a muchos en la plaza de la ciudad, se retira a un lugar desierto y lo encuentran orando, parte hacia otros lugares a evangelizar: "para eso he salido".
"Todos te andan buscando". ¿Todos? Aún sin saberlo, todos buscamos a Dios. San Agustín da el motivo de esta búsqueda: "porque nos has hecho para ti, y nuestro corazón no halla sosiego hasta que descansa en ti." (Confesiones)
Invitamos a la lectura orante de la Palabra este Domingo, para buscar y encontrar al Salvador, el único que puede colmar la medida de nuestro corazón.
Evangelio según San Marcos 1,29-39.
Jesús salió de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés.
La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron de inmediato.
El se acercó, la tomó de la mano y la hizo levantar. Entonces ella no tuvo más fiebre y se puso a servirlos.
Al atardecer, después de ponerse el sol, le llevaron a todos los enfermos y endemoniados,
y la ciudad entera se reunió delante de la puerta.
Jesús curó a muchos enfermos, que sufrían de diversos males, y expulsó a muchos demonios; pero a estos no los dejaba hablar, porque sabían quién era él.
Por la mañana, antes que amaneciera, Jesús se levantó, salió y fue a un lugar desierto; allí estuvo orando.
Simón salió a buscarlo con sus compañeros,
y cuando lo encontraron, le dijeron: "Todos te andan buscando".
El les respondió: "Vayamos a otra parte, a predicar también en las poblaciones vecinas, porque para eso he salido".
Y fue predicando en las sinagogas de toda la Galilea y expulsando demonios.