"Y RESUCITÓ AL TERCER DÍA, SEGÚN LAS ESCRITURAS"
Las distintas comunidades de la Diócesis celebraron la noche principal del año cristiano. En la Catedral, el Obispo, los padres César, Santiago y Hernando, el diácono Alejandro y el seminarista Nicolás, lectores, cantora y otras personas dedicaron sus talentos para animar la liturgia de la Vigilia Pascual.
La bendición del fuego y preparación del cirio abrió la noche expectante.
Cristo ayer y hoy, principio y fin, alfa y omega.
Suyo es el tiempo y la eternidad.
A Él la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.
El Pregón Pascual nos da la buena noticia de la Resurrección y toda la asamblea canta "PORQUE CRISTO RESUCITÓ" con velas en sus manos. La luz disipa las sombras y nos llena de esperanza "la alegre presencia del Señor", vivo y para siempre con nosotros.
La liturgia de la Palabra recorrió la historia de la salvación, desde el Génesis hasta el anuncio del ángel a las mujeres: "No se asusten. ¿Buscan a Jesús, el nazareno, el crucificado? No está aquí. Ha resucitado."
En la homilía Mons Martín preguntó si creemos realmente en la Resurrección y si el camino de Cuaresma transformó nuestro hombre viejo para dar lugar al discípulo testigo que anuncia con su vida, en lo cotidiano, la buena noticia.
En la liturgia Bautismal renovamos nuestras renuncias y profesión de fe y fuimos asperjados por el agua que nos purifica y renueva. De la ceniza en la frente del Miércoles Santo a este baño simbólico pasaron 40 días de camino junto al Señor. Ahora es tiempo de manifestar en nuestras vidas la Resurrección.
La liturgia Eucarística fue el cuarto paso en nuestro caminar de la Vigilia Pascual y así nos encontramos, sacramentalmente con Jesús Resucitado, que nos alimenta, anima y llena de esperanza.
LUZ DE CRISTO. DEMOS GRACIAS A DIOS.
NOTA: En esta semana compartiremos las imágenes y textos que los corresponsales nos han hecho llegar desde Carlos Reyles, Sarandí Grande, Durazno y otras comunidades de nuestra Diócesis.
A celebrar este DOMINGO en familia, en comunidad y con "grande ánimo y generosidad" para alabanza de Su gloria.