¿SEGUIMOS AL DIOS QUE REVELÓ JESUCRISTO?
En el 14to. Domingo del Tiempo Ordinario, Mons. Martín celebró la Eucaristía en la Catedral de Florida. En la homilía compartió sus reflexiones sobre el Evangelio y nos invitó a ser humildes y mansos en el seguimiento de Jesús, a desterrar toda soberbia y despotismo para acoger la revelación del Padre con un corazón bien dispuesto.
La imagen de Dios que tengamos será la que determine el anuncio que hagamos como cristianos. Por eso es necesario cuestionarnos si es un Dios que nos impone cargas pesadas, casi insoportables (y que en la mayoría son "inventos de los hombres") o sí se trata del Padre que Jesús nos reveló, que nos abre el camino de la liberación y de la felicidad.
Volvamos a meditar el texto del Evangelio de ayer, pidamos un corazón como el de Jesús:
Evangelio según San Mateo 11,25-30.
Jesús dijo:
"Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños.
Sí, Padre, porque así lo has querido.
Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, así como nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar."
Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré.
Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio.
Porque mi yugo es suave y mi carga liviana."