ADOREMOS A CRISTO REDENTOR
La Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo fue celebrada en toda la Diócesis con distintas manifestaciones de fe y adoración. Procesiones, adoraciones y misas congregaron a los cristianos para estar con Quien quiso quedarse con nosotros desde la noche de la Última Cena.
Mons. Martín en la homilía de esta solemnidad recordó que Jesús era muy consciente de la debilidad humana y se debe haber preguntado cómo acompañar la esperanza de sus discípulos cuando Él ya no estuviera con ellos. Por eso "nos dejó este gran regalo de su Cuerpo y su Sangre, para alimentar la esperanza." También expresó que "hoy en esta Misa estamos haciendo lo que Jesús nos pidió "Hagan esto en memoria mía".
"Nosotros comulgamos con toda la persona de Jesús, comulgamos con sus afectos, sus sentimientos, con su mente, todo Él se hace presente cada vez que comulgamos. Nos acercamos a comulgar para que se fortalezca nuestra vida de fe y seamos mejores cristianos."
