CONSOLAD A MI PUEBLO, DICE EL SEÑOR
«Lavaos, purificaos, apartad de mi vista vuestras malas acciones. Cesad de obrar mal, aprended a obrar bien; buscad lo que es justo, haced justicia al oprimido, defended al huérfano, proteged a la viuda. Entonces, venid, y litigaremos —dice el Señor—. Aunque vuestros pecados sean como la grana, blanquearán como la nieve; aunque sean rojos como escarlata, quedarán blancos como lana.» Is 1, 16-18
Glorifiquemos a Cristo, que para hacer de nosotros creaturas nuevas ha instituido el baño del bautismo y nos alimenta con su palabra y su carne, y supliquémosle, diciendo:Renuévanos con tu gracia, Señor.
Que sepamos ayudar a los necesitados y consolar a los que sufren, para imitarte a ti, el buen Samaritano.
para que vivan su virginidad con un grande amor hacia ti, en bien de la Iglesia.
Concédenos la abundancia de tu misericordia y perdona la multitud de nuestros pecados y el castigo que por ellos merecemos.