DOMINGO 26

26.09.2021

"...el que no está contra nosotros, está con nosotros "


Evangelio según San Marcos 9,38-43.45.47-48.

Juan le dijo a Jesús: "Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu Nombre, y tratamos de impedírselo porque no es de los nuestros".
Pero Jesús les dijo: "No se lo impidan, porque nadie puede hacer un milagro en mi Nombre y luego hablar mal de mí.
Y el que no está contra nosotros, está con nosotros.
Les aseguro que no quedará sin recompensa el que les dé de beber un vaso de agua por el hecho de que ustedes pertenecen a Cristo.
Si alguien llegara a escandalizar a uno de estos pequeños que tienen fe, sería preferible para él que le ataran al cuello una piedra de moler y lo arrojaran al mar.
Si tu mano es para ti ocasión de pecado, córtala, porque más te vale entrar en la Vida manco, que ir con tus dos manos a la Gehena, al fuego inextinguible.
Y si tu pie es para ti ocasión de pecado, córtalo, porque más te vale entrar lisiado en la Vida, que ser arrojado con tus dos pies a la Gehena.
Y si tu ojo es para ti ocasión de pecado, arráncalo, porque más te vale entrar con un solo ojo en el Reino de Dios, que ser arrojado con tus dos ojos a la Gehena,
donde el gusano no muere y el fuego no se apaga.


San Agustín (354-430)

obispo de Hipona (África del Norte), doctor de la Iglesia

3r sermón sobre el salmo 36

«El que os dará un vaso de agua porque sois de Cristo... no quedará sin recompensa»

Das los bienes de este mundo y recibes los bienes eternos. Das la tierra y recibes el cielo. Pero ¿a quién dar?... Escucha la Escritura que te dice cómo prestar al mismo Señor: «Quien se apiada del débil, presta al Señor» (Pr 19,17). Seguramente que Dios no tiene necesidad de ti; pero hay alguien que sí la tiene. Lo que das a uno, otro lo recibe. Porque el pobre no tiene qué devolverte; querría, pero no tiene nada; tan sólo queda en él la voluntad de orar por ti. Pero cuando un pobre ora por ti, es como si dijera a Dios: «Señor, he recibido un préstamo, sé tú mi fianza». Desde entonces, si el pobre al cual tú has prestado, es insolvente, hay un buen garante, porque Dios te dice: «Da sin miedo, yo respondo por él... Soy yo quien te lo devolverá, soy yo que lo recibo, es a mí a quien me das». ¿Crees que Dios también te dice: «Yo soy quien recibo, es a mi a quien das»? Sí, ciertamente; si Cristo es Dios no hay aquí ninguna duda porque él mismo dice: «Tuve hambre y me disteis de comer». Y como se le pregunta: «¿Cuándo es que te hemos visto hambriento?» quiere enseñarnos que él es, realmente, el garante de los pobres, que responde por todos sus miembros... y declara: «Cada vez que lo hicisteis con uno de estos mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis» (Mt 25,35s).