DOMINGO DE LA DIVINA MISERICORDIA

25.04.2022

En el segundo Domingo del Tiempo Pascual celebramos en la Catedral de Florida a Jesús Resucitado y Misericordioso desde temprano y hasta pasado el mediodía. La Familia de María preparó con esmero y cuidado cada detalle de la Adoración Eucarística y de la Santa Misa que presidió nuestro Obispo Martín.

En la homilía, Mons. Martín dijo que "aún resuenan en nuestros corazones los ecos de Semana Santa. A veces, con tal que salga todo perfecto nos perdemos lo más importante que es celebrar, nos pasa a los curas en Semana Santa. Por eso reavivemos esos ecos de Semana Santa hoy."

Continuó el Obispo recordando que las lecturas del día nos llevan a dirigir la mirada a la comunidad, a la paz y al perdón. Primero la comunidad: los discípulos estaban encerrados por temor, creían en Jesús pero tenían miedo. Cuando las comunidades pierden su esencia y su misión, comunidades "sin Jesús", "hacen la plancha y no hay fervor ni misión". ¿Qué pasó cuando Jesús entró a esa comunidad? Recobró el sentido, Jesús Resucitado es el centro de la comunidad, el alfa y la omega, el principio y el final. Jesús Resucitado nos mueve, nos inspira, nos llena de esperanza y nos envía.

Recuperada la centralidad de Jesús en la comunidad, nos regala la paz. Paz que es don y que es tarea. "No es la paz que se establece por la fuerza, el poder o las armas, esa paz a la que estamos acostumbrados, no. Es una paz que se construye, que se basa en la justicia pero no basta con la justicia sino que reclama la fraternidad para ser plena. Esta paz que nos regala Jesús Resucitada es para que la trabajemos, la construyamos."

El tercer punto que compartió Mons. Martín fue el perdón, "que restaura a la comunidad. Por eso es tan importante esta paz que viene por la reconciliación que trae Jesús. En el Domingo de la Misericordia tengamos presente que sólo un corazón transformado por ella es capaz de vivir la paciencia, el perdón, la fraternidad. ¿Cómo sabemos si nuestro corazón está inundado de misericordia? Hagamos un chequeo del corazón, como hacemos a cierta edad y con cierta regularidad. Démonos cuenta qué sale de nuestro corazón. Si buscamos a los demás, si somos justos, fraternos, qué encuentran los demás en mi corazón. Es necesario ir sanándolo a la luz del Resucitado y así crecemos en comunión con Él, renovamos nuestra fe y nos hacemos discípulos - misioneros. Por eso estamos aquí, damos gracias y en comunidad seguimos viviendo esta Pascua."

VERDADERAMENTE HA RESUCITADO EL SEÑOR

ALLELLUYAH