LA ALEGRÍA DEL EVANGELIO
Juan Pablo, Santiago y Luisiana fueron confirmados en su fe cristiana en la Capilla Ntra. Sra. de Fátima.
En las primeras vísperas del Tercer Domingo de Adviento (Domingo de la Alegría), Mons. Martín confirmó a tres jóvenes que se prepararon durante el año para recibir este Sacramento. Motivados por la alegría y la emoción del momento, la comunidad acompañó este paso que es compromiso y decisión de vivir el Camino de Jesús.
En la homilía el Obispo Diocesano reflexionó sobre la alegría del Evangelio, cuya raíz está en el amor de Dios que cumple sus promesas. La alegría cristiana no es superficial ni una risa fácil. A los cristianos nos toca el sufrimiento y los problemas como a cualquiera, tengo o no fe, pero nosotros lo miramos y lo vivimos diferente. Aún en las dificultades la alegría profunda del corazón que encontró a Jesús, sigue adelante. "Dejar entrar a Dios en el corazón es dejar entrar la paz, la serenidad y la fortaleza para los momentos difíciles de la vida", aseguró Mons. Martín.
En el camino de Adviento tenemos personajes que nos acompañan, como el Profeta Isaías, la Virgen María, que nos invita a confiar en Dios como ella lo hizo y Juan el Bautista, un "servidor de la verdad". Juan era "duro y directo, jugado por lo que creía, tan jugado que le cortaron la cabeza". Juan nos invita en estos días a "convertirnos a la realidad", esto significa que nuestra fe si es cristiana no puede estar desligada de la vida diaria, no puede ser "volada". Juan nos invita a la conversión, a compartir lo que tenemos, a no abusar de los demás por nuestra posición, a renunciar a la violencia y al robo.