LA PANDEMIA AFECTÓ EL TRABAJO Y LA ECONOMÍA
Francisco, sacerdote de la Familia de María, nos relata el pasaje en que nuestros Obispos detallan la incidencia de la pandemia en el trabajo, el empleo y la economía. Tengamos presentes en nuestra oración y acción a aquellos que han perdido el empleo y especialmente a los desanimados en su búsqueda.
Muchos que contaban con lo que consideraban un trabajo seguro, se vieron de pronto en la inestabilidad: reducción de la jornada, suspensión de actividades, seguro de desempleo. Algunas personas quedaron también sin empleo y sin cobertura; entre ellas, muchas trabajadoras domésticas. Muchos siguieron saliendo cada día a buscar su jornal y encontraron que, aunque continuaran haciéndolo, era más difícil hallar quien tomara sus servicios para alguna tarea ocasional.
Desde el principio de la pandemia en el mundo, las medidas preventivas buscaron evitar el colapso de los sistemas de salud, que, en varios países, como el nuestro, tienen una buena atención de las enfermedades crónicas, pero no están preparados para enfermedades infectocontagiosas que se extienden rápidamente. Algunas personas vivieron con mucha angustia el encontrarse con enfermedades graves y pasar por varias peripecias antes de poder consultar un especialista y recibir tratamiento adecuado.
Aunque sus efectos se han ido sintiendo, todavía no es posible medir hasta donde llegará la crisis económica y sus consecuencias sociales.
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