PERO YO LES DIGO

11.03.2022

Evangelio según San Mateo 5,20-26.

Jesús dijo a sus discípulos:
Les aseguro que si la justicia de ustedes no es superior a la de los escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los Cielos.
Ustedes han oído que se dijo a los antepasados: No matarás, y el que mata, debe ser llevado ante el tribunal.
Pero yo les digo que todo aquel que se irrita contra su hermano, merece ser condenado por un tribunal. Y todo aquel que lo insulta, merece ser castigado por el Sanedrín. Y el que lo maldice, merece la Gehena de fuego.
Por lo tanto, si al presentar tu ofrenda en el altar, te acuerdas de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda ante el altar, ve a reconciliarte con tu hermano, y sólo entonces vuelve a presentar tu ofrenda.
Trata de llegar en seguida a un acuerdo con tu adversario, mientras vas caminando con él, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al guardia, y te pongan preso.
Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo.

San Cesáreo de Arlés (470-543)

monje y obispo

Sermones al pueblo, n° 25; SC 243

"Ve primero a reconciliarte con tu hermano"

Hay una misericordia en el cielo la cual se alcanza por la misericordia sobre esta tierra... Y hay dos tipos de limosna: una buena, la otra mejor. Una que consiste en ofrecer un trozo de pan a los pobres; la otra perdonar en seguida a tu hermano que pecó contra ti. Con la ayuda del Señor, apresurémonos a practicar estos dos tipos de limosna para poder recibir el perdón eterno y la verdadera misericordia de Cristo. Porque Él mismo dijo: "Si perdonáis, vuestro Padre os perdonará también vuestros pecados; si no perdonáis, vuestro Padre no os perdonará tampoco vuestros pecados" (Mt 6, 14s). Y el Espíritu Santo exclama en otro lugar: " ¿El hombre guarda su cólera hacia el hombre y busca cerca de Dios un remedio? ¿No tiene misericordia por un hombre, su semejante, y le pide a Dios misericordia? "(Cf Si 28,3s)... Apresurémonos, mientras podamos y vivamos, tengamos estos dos tipos de limosna y démosela a otros. Así el día del juicio podremos decir con toda seguridad: "Danos, Señor, porque dimos".