VIAJAMOS JUNTO A AMIGOS Y COMPLETOS DESCONOCIDOS

07.08.2023

81. Como hemos visto, viajamos por las autopistas digitales junto a amigos y completos desconocidos, esforzándonos por evitar las numerosas trampas a lo largo del camino, y tomamos conciencia de que hay heridos a los lados de la carretera. A veces, estos heridos pueden ser los demás. Otras veces, somos nosotros mismos. Cuando esto sucede, nos detenemos, y, a través de la vida que hemos recibido mediante los sacramentos y que actúa en nosotros, esta toma de conciencia se convierte en encuentro: el herido deja de ser un personaje o una imagen en la pantalla y adquiere la forma del prójimo, de un hermano o hermana, y, de hecho, del Señor, que dijo: "Os aseguro que cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis" (Mt 25, 40). Y si a veces somos nosotros los heridos, el samaritano que se inclina sobre nosotros con compasión tiene también el Rostro del Señor, que se hizo nuestro prójimo y se inclinó sobre la humanidad que sufre para curar nuestras heridas. En ambos casos, lo que quizá comenzó como un encuentro casual o una presencia distraída en las redes sociales se transforma en personas presentes las unas a las otras en un encuentro lleno de misericordia. Esta misericordia nos permite experimentar, ya ahora, el Reino de Dios y la comunión que tiene su origen en la Santísima Trinidad: la verdadera "tierra prometida".